El cuerpo también tiene estaciones. Y el otoño, con su aire fresco y sus árboles soltando hojas, nos recuerda que es tiempo de depurar, soltar y fortalecer nuestras defensas internas.En la Medicina Tradicional China, cada estación se relaciona con un órgano y una emoción. En otoño, el protagonista es el pulmón, junto a su órgano acoplado, el intestino grueso, y su manifestación externa: la piel. Esto no solo nos habla del cuerpo físico, sino también de lo que sentimos, lo que retenemos… y lo que necesitamos dejar ir.
El pulmón, en la visión de la MTC, es considerado el "tejido más alto del cuerpo". No solo gobierna la respiración, sino también el ritmo de entrada y salida: del aire, de las emociones, de lo nuevo y lo viejo.Está profundamente relacionado con:
Cuando el pulmón está en desequilibrio, podemos notar:
La piel, según la MTC, es la “extensión del pulmón”. Si el pulmón no está funcionando bien, la piel también lo manifestará: irritaciones, resequedad, brotes, pérdida de brillo, sensibilidad al clima.Es también nuestra primera frontera con el mundo exterior, por donde el cuerpo se comunica con su entorno. La piel muestra cuándo el cuerpo quiere protegerse… o cuándo ya no puede más.
El órgano acoplado al pulmón es el intestino grueso, y su función también es simbólica: dejar ir.
Tanto físicamente (eliminación de toxinas) como emocionalmente, muchas personas en otoño sienten que “necesitan hacer limpieza” —de espacios, de vínculos, de emociones.Un intestino lento, inflamado o desequilibrado también afecta al pulmón y, por tanto, a la piel. Y si además no logramos digerir lo que emocionalmente vivimos, nuestro sistema energético lo retendrá.
Desde ZhenaNatur, te compartimos algunas recomendaciones integrativas para esta etapa:
El pulmón necesita aire limpio y ritmo. Sal a caminar entre árboles, respira profundo y lento, y al exhalar imagina que dejas ir lo que ya no necesitas.
El pulmón odia el frío. Aumenta infusiones suaves como tomillo, jengibre, manzanilla o malva. Prefiere caldos, cremas de verduras y evita excesos de crudos o lácteos fríos.
Masajes con aceite de sésamo tibio, baños con sal marina, evitar exfoliaciones agresivas. La piel también necesita descanso e hidratación nutritiva.
El otoño despierta melancolía. No luches contra ella. Escríbela, camina con ella, respira con ella. La tristeza también es una forma de purificación.
Suplementos como probióticos, fermentados (kéfir, chucrut), infusiones digestivas, y por supuesto… escucha lo que retienes.
La Medicina China propone que cada estación tiene un movimiento energético particular. En otoño, el tratamiento con acupuntura puede ayudarte a:
– Fortalecer la energía del pulmón y del intestino grueso
– Elevar tus defensas naturales
– Regular la piel y el sistema respiratorio
– Liberar emociones retenidas con suavidad y sin forzar
El otoño no viene a quitarnos luz, sino a recordarnos el valor de soltar con sentido. Así como los árboles pierden sus hojas para fortalecerse desde dentro, el cuerpo también pide limpieza emocional, equilibrio respiratorio y conexión con lo esencial.Cuando cuidas tu pulmón, respiras más que aire. Respiras presencia. Y eso… también te cura.