La termografía clínica también conocida como termografía infrarroja, termografía médica, radiometría infrarroja, o diagnóstico por imagen infrarroja, es una técnica diagnóstica no invasiva que permite al profesional clínico visualizar y cuantificar los cambios de la temperatura de la superficie de la piel utilizando cámaras infrarrojas ultrasensibles.
La noción de temperatura es inherente al ser humano, es a través de la piel que establecemos la pincipal relación con el mundo que nos rodea.
Es gracias a la ecuación de Stefan Boltzman que se demuestra que la energía intercambiada entre el cuerpo y el medio ambiente depende de la diferencia de temperatura, fisiológicamente esta diferencia de temperatura será detectada por el termógrafo,que registra y produce una imagen o termograma de las temperaturas superficiales de un paciente o patrones térmicos.
La termografía infrarroja se ha convertido en el standard para el estudio de la temperatura de la piel y , por lo tanto, para la monitorización de diversos procesos fisiológicos y fisiopatológicos.
Treinta años de uso clínico y más de 8000 estudios revisados en la literatura médica han establecido a la termografía médica como un medio seguro y eficaz para examinar el cuerpo humano.
Se añade la ventaja de ser absolutamente no invasiva, y como tal no requiere el uso de radiación o cualquier otro elemento potencialmente dañino.
La termografía es una herramienta útil en la evaluación de la salud a nivel precoz y preventivo sobre todo en la salud de la mama, pero también es útil en trastornos nerviosos, metabólicos, hormonales, vertebrales, dolorosos, osteoarticulares, vasculares; es un buen complemento como herramienta para el diagnóstico precoz.
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